lunes, 6 de abril de 2009

LOS RECUERDOS HACEN AL HOMBRE, LO MISMO SEAN BUENOS O MALOS.

El titulo de esta entrada, refiere a una parte de mi vida, que anteriormente me comprometí a escribir y que ha sido, como casi todas mis vivencias con las damas, confusa, hermosa, triste y con lapsos de alegría que son inolvidables, pero tan breves como un suspiro, que da una bocanada de aire a mi aletargada vida.


Soraya(la llamaremos así) se portaba conmigo bien al principio, sin embargo, poco a poco me di cuenta que en realidad no era la típica chica buena onda que te topas en la escuela, sino todo lo contrario, pues era grosera con los compañeros, ególatra y muchas veces llego a ofender a manera de humillar a mis amigas y compañeros de escuela.


La vez que más recuerdo, fue aquella en que una amiga, que realmente no era muy agraciada por la naturaleza en cuanto a su belleza, en una plática, le comentó a Soraya que deseaba trabajar, y la critica que Soraya le dijo enfrente de mí fue innecesariamente devastante : "Ja, tú crees que te van a contratar, si no tienes nada de personalidad, ni siquiera tienes la altura necesaria", obviamente me le quede viendo con cara de "oye perra, no seas cabrona" pero con bastante dejadez de mi parte, mi amiga se me quedó viendo y se dio la vuelta, y yo me quede con Soraya, quien al momento de encararle el hecho simplemente me dijo que "habláramos de algo más importante".


Soraya, era una chava que se me hacia guapísima, hermosa, el hablar con ella, el oírla reír, verme a los ojos, hablar conmigo, me hacía sentir bien, me agradaba mucho su compañía, a pesar de la diferencia de edades (ella tenía 24 años y yo acababa de cumplir 17).


Sin embargo ante mí, se presentaba un "obstáculo": su novio, (y lo pongo entrecomillado, porque al paso de los años, he comprendido que nunca fue un obstáculo, simplemente nunca pude superarlo) y que como dije anteriormente, ella me había presentado con él, Soraya lo quería muchísimo, con planes futuros de matrimonio.


Como mencione. Soraya era bastante alzada, muy presumida, quería hacer y deshacer todo a su manera y no congeniaba con absolutamente nadie más que conmigo y otra amiga. No pocas compañeras deseaban con ahincó "romperle la madre" , casi nadie le hablaba, a tal punto eran las cosas que ella me comentó que se sentía apenada porque hizo llorar a una compañera (que más adelante se convertiría en mi amiga de aventuras y confidente), sin embargo en ese momento, yo no veía su carácter, a pesar de que incluso Soraya y yo tuvimos uno que otro altercado, el primero porque , acostumbrado convivir con mis amigas, le dije wey, fue bastante como para poder dejarme de hablar más de tres días, y ella se acerco después a querer hacer las paces, obvio es decir que acepte.


La segunda vez no recuerdo la causa, pero fue en ese lapso, en que note que me estaba (más bien me había) clavado con ella.


Un día en clase, nos hicieron pasar al frente de todo el salón, yo no le hablaba, pero sabía que le atemorizaba pasar al frente, y que no era muy buena en la materia que se estaba impartiendo (Física), no nos hablábamos, sin embargo, la vi al frente, confundida, yo estaba sentado atrás, con otros compañeros, y al ver qué pasaba ella, se le quedaron viendo, expectativos.


Soraya estaba impávida, no podía realizar la operación, y mis compañeros, resentidos con ella, empezaron a mofarse.


Yo estaba molesto, pero al oír las risas, sin pretenderlo, se escapo de mis labios en voz baja:


  • ¡Tú puedes amor! No les hagas caso, acuérdate de lo que estudiamos.

Soraya y yo estudiábamos juntos, cuando no peleábamos, se recostaba en mi espalda, me veía de cerca, me abrazaba y la acompañaba a la estación cerca de su casa: la estación San Joaquín del metro.


Pero no había nada, solo una compenetración que pensé no pasaba de mas, hasta ese día en que paso al frente de la clase, esas palabras surgieron dentro de mi sin desearlo, sorprendido del rumor que se me había escapado y que afortunadamente nadie había oído, salí lentamente hacia el baño, me moje la cara, procure calmarme y regrese al salón, ella ya había acabado su paso al frente de la clase, sin embargo, en mi interior sabia que ya yo había valido monja… me había enamorado de ella.


Al día siguiente, decidí procurar alejarme aun mas de ella, - al fin y al cabo, no me habla- pensé entre mi. Sin embargo, el destino siempre nos hace raras jugadas.


Al término de la primera clase, se me acerco y simplemente me dijo


- Todavía sigues enojado


- No, ya no.- la interrumpí- ¿Por qué?


- Es que me gustari…


- Hacer las paces, ¿Por qué no?- la volví a interrumpir.


Obvio es decir, por el dialogo anterior, que quien tenía más interés en que nos habláramos, era yo, GRAVE ERROR, que duramente fue aprendido posteriormente, creándoseme una máxima para mi vida:


JAMÁS Y NUNCA DEMUESTRES DEMASIADO INTERÉS EN UNA PERSONA, PORQUE NO SABRÁ EL VALOR REAL QUE TIENES NI EL MISTERIO QUE GUARDA TU PERSONA, TESOROS INVALUABLES EN TI COMO SER HUMANO.


Continuábamos con nuestra relación, obvio es decir que pensaba que ella no se daba cuenta que me gustaba, que me estaba enamorando de ella, que soñaba con estar con ella, juntos, besándonos… y si… haciéndonos el amor.


En las noches soñaba con ella, las encueratrices y las mujeres que tenía en mis posters ya no eran nada, mis compañeras (que había unas guapas) no eran nada, solo era ella y yo.


Como chavo que era, enamorado y sin ella a mi lado, soñaba con ella, viéndole en mis sueños, rezando por que estuviera bien. Por vernos al día siguiente.


Y paso un día, un día que ella llego llorando.


La vi entrar, con lágrimas en los ojos, me dijo que había terminado con su novio, la causa… ella no estuvo el día que su madre falleció.


Me dijo que ya empezaba a deteriorarse su relación, al oír esto, me vino una mezcla entre tristeza por verla llorar… y una alegría interna. Como la del niño que acaba de encontrar la caja de galletas, y no desea compartirla con nadie, ese tesoro, al fin era mío.


  • Campo libre -pensé entre mi.

Pero como considerar que el campo era mío, si ni siquiera le podía decir que la quería, que me agradaba, que la quería..Menos que la amaba.


Y como todo soñador, decidí jugar mi carta como simple observador, pensando que tarde o temprano, se fijaría en mi, que caminaríamos juntos, agarrados de la mano, pero ya no como amigos, sino como novios, ligados por un amor que yo esperaba afloraría en ella hacia mí, de la misma manera que yo la quería.


Decidí empezar con un paseo por la zona rosa, en un día que se mato clase, y no habría más que la ultima, tenía menos de un día que había terminado con su novio, me dijo que quería pasear, y propuse que fuéramos a la Zona Rosa, a ver los discos y las revistas y ¿porque no? A tomar un helado.


Ella asintió, pero no quiso que fuéramos ella y yo solos, por lo que invito a mis amigas.


A mí me valía, solo quería que ella fuera.


Y fue que nos largamos, no era la idea del paseo que quería con ella, pero el sentimiento que tenia, y solo que se hubiera animado a salir me hacia feliz.


Así estuve con ella, termino el primer semestre y empezó el segundo, y continuaba con ella.


Tres meses en los que me platicaba muchas cosas, me decía que quería trabajar, que no deseaba tener otro novio, pero que buscaba al que tenia porque lo quería y que el simplemente, le dijo que ni lo pensara, regresando a mi llorando.


Y así estuve, tres meses, me sentía feliz, alegre, un sentimiento que se durmió hasta estos días en que escribo estas palabras, jamás he vuelto a sentir lo mismo, a pesar de cosas que pasaron y que narrare en otro momento.


Pero a todo sueño, le viene un despertar, y a veces, este es bastante duro.


Como siempre, ese día pase por ella quien me recibió en salón con una sonrisa, y fuimos por un refresco, caminamos ese largo pasillo blanco, enmarcado por el jardín y dos edificios administrativos que estaban nuestro lado, pero inusualmente los dos estábamos muy contentos.


Caminamos y "cotorreábamos" reíamos tan alegres, una alegría tan jovial, soplaba una suave brisa diurna, que nos pegaba de frente y que jugaba con nuestro cabello, mismo del que hicimos referencia, y del que reímos pues nos considerábamos como "espantados".


Y fue que ocurrió:


  • ¿Oye te puedo hacer una pregunta?

  • Y yo una respuesta.

  • Nooo, ya en serio.


  • ¿Qué onda?


  • ¿Te gusto?


¿Cómo podía ser?, en mi ser sorprendido, pensé que había logrado mi fin, un calor intenso broto de mí ser, desde mi pecho, sentía una alegría inmensa, que no podía contener, sin embargo debía hacerlo, era necesario, porque si no empezaría a gritar:


  • ¿Porque lo preguntas?


  • Ya, dímelo.


  • Pues bien la verdad si me gustas, me gustas mucho.


  • ¿Y porque no me lo decías?


  • No sé, simplemente no podía.


La lógica del momento, era que ella asentiría recíprocamente, diciéndome que yo le agradaba, que estaba conmigo porque le agradaba estar junto a mí y yo le contestaría simplemente que si deseaba ser mi novia, la primera, la que compartiría mis primeras caricias, mis primeros besos y alegrías con una mujer y en mis adentros, pensaba y quería fuera la única.


Pero la lógica nunca se aplicado en el amor, y el destino hizo un magistral movimiento en mi contra, pues ella cambio su sonrisa por un rostro serio:


  • Que puedo decirte, pero la verdad no puedo ser tu novia.


El mundo cambio en un momento, mi ser sintió como el pecho se hundía, mi alegría de repente se torno en desesperación, en mis adentros, sacando palabras de flaqueza, emití las siguientes frases:


  • Vamos a intentarlo, no crees que podríamos hacerlo, que podríamos estar juntos.


  • No, no, eres mi amigo, simplemente no podríamos estar juntos, no te veo a mi lado, eres más chico que yo.


Era el fin, mi edad se volvió mi enemigo pensé entre mi, todas las expectativas que había puesto, los sueños, los deseos, se derrumbaban por un rio amargo en mi interior, la tristeza me estaba invadiendo, los ojos se me estaban tornando rojos y sentí que empezaría a llorar, pero ante todo, mi honor y orgullo me defendieron. Trague saliva, mire al cielo y voltee a verla para decirle en tono tranquilo.


  • Déjame acompañarte al salón.


Fui con ella, acompañándonos un silencio entre nosotros, respire profundo, mordí mis labios al mismo tiempo, iba mostrando una sonrisa en mis labios, e iba repitiendo en mi mente la fórmula del binomio al cuadrado recién aprendida en la clase de matemáticas hasta el cansancio, ninguna lagrima escapo de mis ojos.


  • Cuídate, nos vemos mañana- le dije, sonriendo.


  • Cuídate tú también.


Al verla entrar a su salón y cerrarse la puerta, no podía mas, entre corriendo al baño, me encerré en uno de los cubos y solté las lagrimas que estaba conteniendo, para después secármelas y esperar un momento, ya no había clase, y decidí tomar rumbo a mi casa, en el camino me tope con una amiga, misma que me vio llorando.


  • ¿Qué te pasa?- me pregunto.


Ella le hablaba muy bien a Soraya, y le conté todo lo que había pasado.


  • Olvida todo, no tiene caso, es parte atrás, ve adelante manito


Platicamos de otras cosas, que ahora no recuerdo, llegue a mi casa, cene como si nada hubiera pasado y llore y ore por Soraya hasta muy noche, pidiéndole a dios que fuera feliz, repitiéndome hasta el cansancio que las cosas ocurren por algo y que ella merecía algo mejor.


Pero al día siguiente, algo en mi me dijo que lo intentara, que reflejara ese sentimiento hacia ella nuevamente….y nuevamente el destino me enseñaría una lección inolvidable.


El plan era llegar temprano, hablarle con la verdad e intentarlo nuevamente, y ahí la vi, a lo lejos, sentada en las bancas del patio de la escuela, procure acercarme como si nada.


  • Hola, como estas


  • Bien, me contesto ella.


Hablamos de otro tema, y mi mente decidió preguntarle.


  • Oye con respecto a lo de ayer, quisiera decirte algo.


  • Que me quieres decir?- Esto lo dijo con un dejo de indiferencia muy pero muy marcado, rayando en la mamonez total


  • Es que mira, me agradas mucho, vamos a intentarlo, eres..


  • NO ME HABLES DE ESO, NO ME GUSTAS, SI QUIERES QUE SEAMOS AMIGOS, DÉJAME DE HABLAR DE ELLO O JAMÁS TE VOLVERÉ A DIRIGIR LA PALABRA, NO VES QUE SOLO ERES UN NIÑO, YO QUIERO A UN HOMBRE, ENTIÉNDELO.


Todo a mí alrededor, se desmoronó, me quede sentado junto a ella, sin decir nada, simplemente al lado de ella, en silencio, quien no volteo a verme, hasta que llegaron mis amigas.


Salimos a caminar, rumbo al salón de clases y yo solo iba a paso de zombi, sin saber ni entender lo que ocurría alrededor mío.


Era triste reconocerlo, pero había perdido, el destino me golpeo de lleno sin guante.


Esas palabras, destruyeron mi autoestima, me dejaron confundido, nada, pero nada me interesaba.


Después, según yo para aparentar, pensé entre mi en seguir las cosas, debía seguir mi camino, y decidí que con indiferencia debía de verla, pero la verdad ya nada mas lo hacía por no doblegarme, sin embargo, la seguía queriendo, pero sabía que jamás podríamos estar juntos, QUE NO LE GUSTABA, palabra que devasta hasta el corazón más experimentado, aunque sea en forma muy mínima.


Al día siguiente yo y una amiga fuimos por ella.


  • Hola- me dijo


  • Hola- le sonreí.


  • Vámonos ya, acompáñame a mi micro- me dijo sonriendo.


El decir ir al micro, reflejaba acompañarla hasta el metro san Joaquín, decidí hacerlo junto con mi amiga, pero le dije que solo hasta en el micro real… hasta metro La Raza.


Ahí en el camino, iba como zombi, de repente, me empezó a invadir un sentimiento de desesperación; ya no deseaba estar ahí, quería huir, pero decidí quedarme.


  • ¿Porque estas tan triste?- Me pregunto Soraya


En mis adentros, pensé que era una hipócrita, ella sabía perfectamente que la causa de mi dolor era ella, pero mi honor (o pendejez) pudo más.


  • ¿Por nada, como crees que pueda estar triste?- Le dije, y el cejo de su cara cambio.


Pero la verdad, la tristeza estaba devorando todo en mi ser, por dentro, sentía que cada palabra que decía se me iba el aliento, en mi corazón sentía una opresión no física, pero tan fuerte, que me golpeaba con tal fuerza, que mi cuerpo no respondía, mi mente quedaba absorta, pero por fuera procuraba sonreír, tímidamente, pero sonreír.


Y en el camino llego un pretexto perfecto…y macabro a la vez, para justificar la falta de atención, en la radio se suscitaba un suceso que cambiaria la vida de muchos mexicanos.


LE HABÍAN DISPARADO A COLOSIO.




Al día siguiente fui por ella, pero no estaba, lo mismo ocurrió por casi dos semanas, en las que seguía doblándome de dolor.


Mis amigas, me recomendaron muchas cosas, se reían decidiéndome si me había dado algo, porque estaba muy clavado y la verdad, ellas me decían que así, lo que se dijera una mujer hermosa, no era, que buscara otra.


Pasaron dos semanas, y un día me hablo por teléfono, conteste yo y no me negué. Me dijo que deseaba platicar conmigo.


Yo deseaba verla, pero a la vez, rehuía de ese deseo, sin embargo, me arme de valor y me quede de ver afuera de la escuela.


Llego temprano, la salude y empezó la plática:


  • ¿Cómo has estado?


  • Bien- le conteste- ¿y tu?


  • También, tu crees, me voy a casar- dijo esto con cierta suspicacia que reflejaba el deseo de ver cómo reaccionaba yo.


  • ¿Ah, si? Volviste con tu novio


  • No, ya no, tengo un novio diferente, tiene 39 años, es dentista, ya trabajo con él, gana muy bien y se ve que me quiere.


Entre mi, mi pecho volvía a sentir con más intensidad la amargura, y a la misma vez me hacia una infinidad de preguntas, unas lógicas y otras realmente absurdas: ¿Qué ganas con decírmelo?, ¿Por qué te empeñas en lastimarme?, ¿Sientes algo por mi?, ¿Te doy lastima? ¿Me quieres hacer caer?, ¿Me quieres? pero como dije, mi orgullo (o pendejez) pudo más:


  • Oye, que bien, y cuando te casas.

  • En dos meses- me respondió, con cara de sorpresa.

Por dentro estaba hecho pedazos, pero me había hecho el firme propósito de no demostrarlo, sin querer me había convertido en un estúpido dummie de golpeo.


  • ¿Y la escuela?

  • Pues él ya me dijo que siga estudiando, que me va ayudar.

  • Te tendremos mucho tiempo aquí, es bueno que se preocupe por ti y tu futuro.

  • Si verdad, y tu como estas..?


  • Bien, ya tengo novia ¿tu crees?


Alguna extraña razón, me llevo a decir esa mentira, salió sin pensarlo siquiera:


  • Ah sí ¿cómo se llama?


  • Teresa, vive en la florida


Efectivamente, teresa existía, vivía en una colonia en Ecatepec, y casualmente la conocí, nos agradamos, pero yo, en verdad en ese tiempo, la única que ocupaba mi mente, era Soraya, presumo que mencione a Teresa por tener el tipo de cuerpo que me agrada (menuda, chistosa, pero no gorda, de ojos bonitos) y por un escape del dolor que sentía en ese momento.


  • ¿Y la quieres mucho?


  • Si mucho


  • ¿Mucho de veras?


  • En serio, si la quiero.


  • ¿Y que dirías si te dijera que fuéramos amantes?


Me quede callado, serio, ¿Por qué me proponía algo así?, ¿Qué sentido tenía semejante proposición, SINO TE GUSTO?, mire al piso y después a ella:


  • No


  • ¿Pero porque?


  • Es que no.


  • La quieres verdad


Yo simplemente asentí, después de eso, la acompañe a su salón, y me fui.


Platicando con una amiga, cercana también a ella, me hizo ver algo realmente claro, por lo que no valía la pena estar con ella:


  • ¿Pero porque me dijo que fuera su amante?


  • Solo lo dijo para ver que decías, ya no tiene caso, ya acaba todo, sigue tu vida, busca otra chava.


Ahí me di cuenta, que efectivamente, debía de acabar, así, pensé en menguar las visitas, y dejar de verla, no pase en tres días a su salón y sine embargo no pude aguantar, fui, no estaba.


Y pasaba cada semana, hasta que acabo un mes, no la vi y hasta la fecha, jamás volví a verla.


Poco después, en mi estado letárgico, sin recuperarme del golpe, sin saber de ella, por pláticas de unas compañeras, oí que ella se había casado, que vivía en tlahuac, que no regresaría a la escuela y que fue a recoger sus papeles.


Estúpidamente, le recrimine porque no se había despedido de mi, ja, como si yo hubiera valido algo para ella.


Por noches, la llore, pensaba en ella, mi mente se confundía y angustiaba en el porqué de ese actuar, que había hecho yo, porque me había tratado así, si yo la quería.


Y fue que en esos momentos, me analice.


Yo era el que se había enamorado, yo era el que soñaba con ella, ella actuó como toda mujer ególatra, pero la verdad todo se descubrió, en mi dolor surgió la idea, SI HUBIERA HABLADO ANTES.


Si, HUBIERA, esa palabra que existe, pero que en los hechos no, y que deseamos muchos humanos, pudiéramos regresar un momento a corregir esa falla, ese error o esa palabra o actuar.


Aprendí una máxima para mi vida:


LOS SENTIMIENTOS CUANDO SON PUROS DEBEN AFLORAR INMEDIATAMENTE, NO LOS GUARDES PORQUE PUEDE SER DEMASIADO TARDE.


De haber dicho todo lo que sentía por Soraya DESDE QUE EMPECÉ A SENTIRLO, esa tarde que nos disculpamos, nada hubiera pasado.


Así mismo, aprendí JAMÁS INSISTIR DOS VECES A UNA MUJER, tal vez es demasiado drástico, pero me ha evitado muchos sinsabores en mi vida.


Sin embargo, lo más grato que recuerdo es ese sentimiento tan hermoso me invadió, esos paseos, la convivencia, el que se recostara en mi espalda, su risa, y su mirada, se quedaron como una rosa con espinas en mi corazón.


El tiempo paso, y se concretaron muchas cosas en mi vida, que platicarlas sale un poco del contexto de este blog, pero una noche, mucho tiempo después, sonó el teléfono, llovía con fuerza, tanta, que las goteras en el techo simulaban fantasmas vivientes, de grácil y bella figura.


Apurados como estábamos, mi familia en poner los muebles a salvo, tome el auricular.


  • Bueno?


  • Hola


Mi sangre se helo al oír su voz, era ella, Soraya, mi ilusión, mi triste y hermosa ilusión.


  • ¿Quién habla?- simule con gran dificultad

  • ¿Soy yo, no te acuerdas de mí?


Me invadía un sentimiento de alegría, nostalgia, pero a la misma vez, mi mente estaba en alerta, mi cuerpo se estremecía, pero mi familia estaba cerca, ellos jamás han sabido de lo que me ocurrió, y creo que no hay necesidad, a pesar de la gran confianza que tengo con ellos.


  • Ah, Hola que onda Soraya, como has estado?


  • Pues estoy manito, estoy..


  • Porque dices eso?


Al decirle eso, cambio el tema, la vida había pasado, ella ya tenía una niña y un niño, vivía en Tlahuac.


  • ¿Oye que padre?


  • ¿De verdad lo crees? – al decirme esto, me lo dijo con una voz entrecortada.


  • ¿Qué te pasa?


Lo que me dijo, fue realmente triste, su marido la golpeaba, no la trataba bien, la tachaba de gorda, de mantenida, de inútil, y tenía dos mujeres mas, mismas con las que ya tenía otros hijos. Las lágrimas le afloraron por teléfono, yo no podía llorar, pero procuraba consolarla, y deseaba que su dolor se esfumara.


  • Te quiero ver.


Su voz sonaba muy diferente, con una desesperación, deseando que asintiera, que dijera que ni tardo y ni perezoso, iría a verla, y la verdad, lo deseaba, en serio quería verla, pero un sentimiento de temor, me estremeció.


  • Sabes no puedo verte, es que tengo mucho trabajo.

  • Un rato aunque sea, vamos a Plaza Lindavista, yo te invito


  • No amiga, no puedo- Creo que esta frase la dije con bastante realce pues ella me dijo:


  • No importa, yo te hablare después.- menciono con una voz de decepción.


  • Cuando quieras, Cuídate.


  • Está bien, tu también- colgando con una voz entrecortada


Fue la última vez que supe de ella, no sé, tal vez se pudiera decir que la máxima, TRATA A LOS DEMÁS COMO QUISIERA QUE TE TRATARAN A TI, se aplico aquí, Justicia Divina le llaman algunos, Destino Forjado le llaman otros, pero lo único que se, es que esa llamada, sonaba como un nuevo inicio, pero la verdad, temí volver a caer, y aunque la quería todavía, decidí que todo lo que pudiera haber nacido entre nosotros, debía quedar en un hermoso recuerdo, y considero que tenerlo hasta la fecha, es mejor que llenarme el cuerpo y la mente de coraje y resentimiento.


Cada que el aire de Primavera, ese aire diurno, que golpea mi cara de frente, ineludiblemente me revoca al más breve y hermoso recuerdo que hasta ahora tengo de una dama y creo que tal vez será como todo lo bueno, imposible de olvidar.


Fue una experiencia hermosa y dolorosa a la vez, que comparto con ustedes, y una de las que provoco el inicio de las experiencias que narrare con gusto a lo largo de lo que dure este Blog, sonara tonto el riesgo, la experiencia, pero como dicen por ahi EL AMOR LO VALE Y LO ES TODO.




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