Cuando era niño., mis mayores siempre referían etapas de su vida y problemas, con claras referencias que aludían al cotidiano vivir, mismos que se convertían en casi siempre, un hecho concreto.
Algunos de ellos, han sido llevados por su narrador, como directrices de vida, puesto que me han funcionado de alguna u otra forma, entre los más famosos son:
- TRATA A LOS DEMAS COMO QUISIERAS QUE TE TRATARAN A TI.
- EL QUE TIENE MAS SALIVA, COME MAS PINOLE.
- EL VALIENTE VIVE HASTA QUE EL COBARDE QUIERE.
- NADIE ENTIENDE EN CABEZA AJENA.
Pero desafortunadamente, después de la experiencia con Soraya, uno de ellos no se aplico a su servidor:
- UN CLAVO SACA OTRO CLAVO.
Después de lo ocurrido con Soraya, su servidor quedo pendido de un hilo, solo, triste, sin embargo, entre mi pensé que no debía llorar por ella, ¿porque no buscar otra chava?, hay más, si y hay unas que me gustan mucho… mi admiradora… ella, donde andará.
Yesenia( la llamaremos así) era una chava alta, de pelo chino, con muy poca bubi, morena, bonitos ojos, y siempre que me veía, me sonreía y sostenía una mirada, misma que correspondía de la misma forma. Pero por estar con Soraya, siempre la relegue a un segundo lugar, pensando que tenía todo con Soraya.
Ilusamente pensé que tendría oportunidad con ella, pero las cosas, tal y como aprendí en la vida y en mi clase de física, nunca quedan estáticas, mi admiradora fue de la larga fila de chavos y chavas que desertan por falta de oportunidades, y se había ido atrabajar hasta Santa Fe, ni modos.
Así, procedí a realizar la búsqueda de otra chica, pero algo andaba muy mal con su narrador, de repente, todas las chavas, claramente notaba que me rehuían, y observaba que buscaban hacerme lo más rápido que fuera a un lado que no fuera cerca de mi.
- ¿Qué ocurría?- Me preguntaba yo – ¿De al tiro estaba tan mal?, ¿en verdad era poco atractivo?
Pero mis ímpetus me marcaban seguir adelante, debía de hacerlo o moriría de tristeza (pensamiento que me daba vueltas en la cabeza una y otra vez), cada noche soñaba con Soraya, y despertaba con una lágrima en los ojos.
- No estoy bien- Exclamaba.
La prioridad era conseguir una chica a como diera lugar, una novia de verdad, se acercaba mi cumpleaños, y dije que la mejor manera de olvidar todo lo malo, era tener a una chica a mi lado.
Cambie mi estilo de vestir, y procuraba ir mas a las fiestas, siempre hice amigas, amigos y nunca enemistades, pero de chicas para algo mas, simplemente nada.
Hasta que fije objetivo con una hermosa niña, que desde que entre al semestre anterior me encanto, curiosamente tenía un gran defecto físico que se critica ahora, y es que estaba realmente muy gordita, pero su piel morena, sus hermosísimos ojos, sus cara tan guapa y su risa… esa risa tan hermosa, que es del tipo que la oye un mortal y jamás la puede olvidar.
De entrada ya era mi amiga, pero decidí ir mas para lejos, le plantee mis intenciones, pero tristemente estaba muy enamorada de su novio..si el pinche novio de nuevo.
Así continúe, esta chica en verdad me interesaba demasiado, y un día decidí acompañarla, su servidor al principio se sentía bateado, ella me decía que quería a su novio,
- No, yo si te quiero linda
- ¿Cómo puedes quererme?, no me puedes querer porque no me conoces.
- ¿Y es necesario conocer para querer a alguien?
- Si
- No, eso no es cierto, yo te siento en mi cuando te veo, tu esencia de vida es lo que me encanta.
- ¿Cómo?
- Todos los seres tenemos una fuerza que nos une con el todo, la tuya es como una hermosa fuente, es vida, placer y regocijo para el sediento.
- ¡¡Qué cosas dices!!- Me respondió ella con una hermosa sonrisa.
Estuvimos un buen rato platicando y baste decir que fue ahí que aprendí que diciendo un par de palabras hermosas, bastante sinceridad e inspiración en la persona que a uno le interesa(y gusto por la lectura) para obtener cosas realmente sorprendentes.
Había conseguido lo que quería…tenia terreno y una esperanza se abría a mi vida.
Las pesadillas y sueños con Soraya disminuyeron, ya no amanecía con lágrimas en los ojos, tenía algo, no era novia, no me dijo que quería andar conmigo, pero era algo que me desprendía de mi tristeza, me apapachaba, quería estar a mi lado... al menos eso sentía.
Empezaba el cuarto semestre, era Agosto.
Realmente alegre, decidí hacer un regalo a esa chiquilla, tome un camino diferente al normal, con un poco de dinero que había reunido, decidí comprarle algo, no caro, solamente un presente, dirigiendome a una pequeña tienda papelería, que estaba del lado contrario de la escuela, vi unos chocolates, compre los mismos, junto con una muñequita pequeña, pague toda mi mercancia, la encargada me alcanzó a decir:
- Suerte Joven- me sonrió la señora de mucha experiencia en la vida, con la complicidad de quien sabe a quién va dirigido el regalo, y con una buena intención de por medio.
- Gracias- conteste, con una sonrisa tímida, sabiéndome descubierto.
Nervioso, pero con futuro, con la alegría de quien va a a la batalla, cierto de sus fuerzas, decidí salir hacia mi aventura.
Pero como aprendí muchas veces, las cosas no son como las novelas, los libros y la televisión nos han pintado.
Llegue al salón, y la vi sentada al fondo, triste, algo le pasaba, estaba rara:
- ¿Qué tienes bonita?
- Pues es que quería hablar contigo
- Yo también quería hablar contigo- le dije sonriendo.
- Mira, es que eres muy lindo, pero lo nuestro no puede…
- ¿No te gusto? Eso me quieres decir verdad…
Esas palabras me salieron de forma automática, no las pensé, tiempo después de los sucesos leí que es un método de auto defensa contra el desprecio, pero refleja claramente una baja autoestima.
Y simplemente con ello, le di la puerta de escape a ella, por lo que asintió afirmativamente, mirándome de forma suspicaz.
En un momento, mi cabeza y mi corazón se volvieron a nublar y amargar, regresando a esa vez con Soraya, pero me contuve:
- Está bien, mira no hay problema- le dije seriamente- para que veas que no hay resentimientos, te regalo esta muñeca y estos chocolates.
Je, solo de recordarlo, veo su cara retorciéndose de tristeza, como diciendo "soy una mierda", me acepto el regalo, pero trago saliva al hacerlo.
- Cuídate linda- le dije, con la voz entrecortada.
Me retire rápidamente, volteando para verla sentada en la mesa, triste y tragando saliva.
Pero yo, estaba hecho pedazos, el destino me pegaba nuevamente, no tenía novia, era una ilusión y cuando quise concretarlo, ese destino me volvía a dar otra bofetada.
Era demasiado, muchos rechazos en poco tiempo, un solo acercamiento después de lo de Soraya, solo, sin desfogue, sin novia... sin amor.
Después de aquello, en tres días, solo tres días, se aproximaba mi cumpleaños.
Y AHÍ SUPE QUE UN CLAVO NO SACA OTRO CLAVO.
Las novelas nos repiten al cansancio, junto con algunos de verdad estúpidos libros, que el amor lo puede todo, si es sincero, que vence cualquier barrera, que puede contra todo, que siempre el que quiere obtiene lo que quiere.
Pero la vida real es otra cosa, si es cierto que las ilusiones, las fantasías, los ideales hacen al hombre, pero poco se habla de que no todo se ha de obtener en esta vida, materialmente es difícil, las derrotas se minimizan, los triunfos se exageran.
Por eso me encantan películas como "Barquillo de Limon", "La vida es Bella", "El Tigre y El dragón" y muchas de Bollywood, porque no son tan románticas en cuanto a su concepción de la vida, simplemente son finales, no todos alegres, no todos triste, pero son finales, al fin y al cabo, como la vida misma.
Pero a veces, el peso de la tristeza es demasiado, las necesidades de una persona también y cuando eso golpea tu mente, tu equilibrio se pone en peligro.
Y llegue a los tres días antes de mi cumpleaños, con la tristeza de no tener alguna persona a mi lado, y mermado, muy mermado, en mi autoestima.
Había que solucionarlo, pero en ese momento, mi mente estaba nublada.
Y creo que a cuestiones desesperadas, medidas desesperadas.
Aunque después, tal vez nos arrepintamos.


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